Las mujeres, tras un periodo, más o menos largo, de vida profesional se hacen la gran y desesperada pregunta: ¿Qué estoy haciendo mal?. Conscientes de sus talentos, no pueden entender porque “no les salen las cuentas”. Y es que esas mujeres profesionales y preparadas, que han vivido en la igualdad legal, constatan que desconocen las reglas del juego de esa cultura que no es la de ellas. La cultura masculina ha creado desde hace siglos un modelo que se retroalimenta y que no ha sido revisado por una dialéctica con la otra cultura mayoritaria, las mujeres.
Hace una década empezamos a trabajar el liderazgo de las mujeres en los cursos de comunicación, cuyo hilo conductor era la identificación y gestión del miedo al rechazo. Después de investigar el miedo y su repercusión en la conducta personal y social de los individuos, llegamos a la conclusión de que, si bien las mujeres tienen una cultura propia y distinta de la masculina, esta cultura vive en situación de huésped respecto a la cultura patrón. La vivencia de huésped ha desarrollado en las mujeres cualidades adaptativas: humildad, bondad, cuidado, adaptabilidad, y también la desvalorización de su talento, la infantilización, la dependencia y el victimismo. Bajo estos modelos de conducta, considerados “feminidad”, yace el talento y el poder de las mujeres.
Retomamos la actividad en esta pagina de LIDERAZGO FEMENINO que nació en el 2012 con motivo de la celebración del segundo Congreso LIFE.
Periódicamente publicaremos artículos que reflejan esa MUJER 3.0, cuyo liderazgo esta favorecido por la era digital. Y organizaremos encuentros en diferentes ciudades, de cuyas convocatorias os iremos informando.
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